El inspirador Jack Andraka sostiene que la idea de su examen de cáncer
pancreático se le ocurrió mientras recibía clases de biología en su escuela
North County High School cuando el profesor estaba explicando sobre cómo los
anticuerpos se combinan con algunas proteínas en la sangre, al mismo tiempo que
leía escondido, un artículo de una revista dedicada a la ciencia sobre los
nanotubos de carbono, unas estructuras con un grosor equivalente al 0,00002%
del cabello humano que son conductores de electricidad. A medida que
avanzaba el tiempo, Jack continúo con más investigaciones navegando en
internet, buscando artículos en Google sobre nanotubos y bioquímica
cancerígena, indagando en revistas científicas gratuitas en línea ya que para
el era muy costoso subscribirse a algún tipo de comunidad científica para
obtener mejores artículos sobre lo que investigaba.
Paso el tiempo y a medida que
avanzaba con su investigación se puso a buscar y tratar de contactar a la mayor
cantidad de científicos biomoleculares posibles y logro ponerse en contacto con
más de 200 profesores de Universidades e Institutos de renombre con la
esperanza de recibir algún tipo de contestación, con la ilusión de tener un
buen proyecto que iba a cambiar potencialmente todo lo relacionado al cáncer de
páncreas decidió esperar una respuesta favorable, ya que su investigación carecía
de presupuesto y para su proyecto como mínimo debería recibir ayuda de
laboratorio. Recibió cerca de 200 mails de rechazo es decir casi nadie le dio
importancia a su proyecto, pero no perdió la esperanza hasta recibir la
respuesta positiva del Dr. Anirban Maitra, profesor de Patología y Oncología y
de Ingeniería Química y Biomolecular.
Como resultado de este proyecto se
dio a conocer un test de diagnóstico tipo varilla graduada para el cáncer
pancreático implantando un sensor de panel, muy parecidas a las pruebas
reactivas de enfermedades como la diabetes. Este test de tiras mide el nivel de mesotelina,
un biomarcador del cáncer pancreático, en sangre u orina, para comprobar si el
paciente tiene cáncer pancreático en etapa temprana y poder actuar sobre la
enfermedad y así reducir la tasa de mortalidad. La prueba tiene un índice de
precisión mayor al 90% en la presencia de mesotelina. Según Jack, es también
168 veces más rápido, 26,000 veces menos costoso, más de 400 veces más sensible
que el actual test de diagnóstico y solo se demora 5 minutos promedio en
realizarla. Jack también concluye que la prueba también es efectiva para detectar
cáncer de ovarios y pulmón, ya que el mismo biomarcador de mesotelina no
solo detecta el cáncer de páncreas.

